Dios es un Dios de lo imposible, para el todo es posible.
Dios mismo dice que para él no hay nada imposible, y solo para el que tiene fe esto es verdad. Jeremías 32: 27 “He aquí que yo soy Jehová, Dios de toda carne; ¿habrá algo que sea difícil para mí?”
La palabra de Dios es categórica. Para Dios no hay nada imposible. Lucas 1: 37 “porque nada hay imposible para Dios.”
En esta ocasión Jesús nos enseña a través de una higuera la importancia del obedecer y dar frutos.
La única forma de llegar a ser discípulos de Jesucristo es no siendo estériles es necesario dar frutos. Juan 15: 16 “No me elegisteis vosotros a mí, sino que yo os elegí a vosotros, y os he puesto para que vayáis y llevéis fruto, y vuestro fruto permanezca; para que todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, él os lo dé.”
Jesús le pide frutos a la higuera y no le dio por esta razón la maldijo. V 14 “Y viendo una higuera cerca del camino, vino a ella, y no halló nada en ella, sino hojas solamente; y le dijo: Nunca jamás nazca de ti fruto. Y luego se secó la higuera.”
Pero eso no es lo más impactante de lo sucedido, el problema está en que esa higuera de acuerdo a las leyes de la naturaleza no tenia porque dar fruto, todavía no era tiempo. Marcos 11: 13 “Y viendo de lejos una higuera que tenía hojas, fue a ver si tal vez hallaba en ella algo; pero cuando llegó a ella, nada halló sino hojas, pues no era tiempo de higos.”
Si todavía no era tiempo para dar frutos, ¿entonces porque Jesús la maldijo? Jesús sabía que todavía no era tiempo, pero él tenía hambre y su deseo era que esa higuera diera frutos, y eso era más que suficiente para que la higuera diera fruto. V 12 “Por la mañana, volviendo a la ciudad, tuvo hambre.”
Una roca fue capaz de dar agua a la orden de Dios, entonces porque una higuera no iba a poder dar fruto a la orden de Jesús. Isaías 48: 21 “No tuvieron sed cuando los llevó por los desiertos; les hizo brotar agua de la piedra; abrió la peña, y corrieron las aguas.”
Dios nos hizo para que demos fruto. Juan 15: 16 “No me elegisteis vosotros a mí, sino que yo os elegí a vosotros, y os he puesto para que vayáis y llevéis fruto, y vuestro fruto permanezca; para que todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, él os lo dé.”
El Reino de los cielos es para el que da frutos. Mateo 21: 43 “Por tanto os digo, que el reino de Dios será quitado de vosotros, y será dado a gente que produzca los frutos de él.”
El que no da fruto es desechado. Juan 15: 2 “Todo pámpano que en mí no lleva fruto, lo quitará; y todo aquel que lleva fruto, lo limpiará, para que lleve más fruto.”
Jesús con mucha frecuencia a través de la Biblia utiliza comparaciones. Entre muchos otros calificativos él se llamaba así mismo la vid. Juan 15: 1 “Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el labrador.”
Jesús a sus discípulos o a sus seguidores les llamaba los pámpanos. Juan 15: 5 “Yo soy la vid, vosotros los pámpanos”
Por eso aunque la biblia no lo menciona, no es nada descabellado pensar que la higuera estéril puede representar al pueblo de Dios del cual espera que de mucho fruto.
Ahora nosotros los cristianos somos el pueblo de Dios y espera de nosotros que demos mucho fruto. Frutos en el colegio, en el trabajo, en el hogar y lógicamente en lo espiritual. El amor, la tolerancia, la paciencia, son algunos de los frutos que tenemos que dar. ¿Cómo estás de frutos?
La excusa de la higuera es que no era el tiempo.
Cuál es tu excusa para no dar frutos, para no actuar, para no luchar por tu hogar.